El ser humano antes de Dios y ahora del Consumo

El ser humano por historia siempre ha temido a lo que no entiende, no comprende y a lo que no controla. Se entregó a su Dios por temor a ser castigado, creía que todo le pertenecía a él y por lo tanto tenía que cuidarlo y respetarlo. Con el pasar de los años, el hombre aprendió a dominar a las bestias y a los otros hombres, pasaron los años y su inteligencia y egocentrismo creció tanto como su tecnología y ciencia asesinando al dios que alguna vez juró proteger e idolatrándose con su nueva ambrosía llamada  dinero para su nueva sed de consumo y materialismo.

El hombre de la época de las cavernas, cada día de su vida, sobrevivía y luchaba por su vida en la incontrolable naturaleza, su vida era errante tanto como su imaginación y cuestionamiento, al no entender que pasaba por su diario vivir y los inimaginables fenómenos naturales, él comenzó a creer en una fuerza que controlaba todo, la naturaleza. Con el pasar de los años esta naturaleza pasó a ser su Dios, imaginado en diferentes formas por diferentes culturas, algunas veces vengativo otras veces amoroso, fue respetado y venerado. La inteligencia fue creciendo tanto como su amor hacia la naturaleza representada por Dios, que después de la conquista en América y el mundo se transformó en religión.

 Al tiempo de la conquista se destruyeron todos esas ideas de amor hacia la naturaleza y la vida digna del hombre, por un nuevo deseo de  imposición de verdad, el hombre ahora es esclavo del hombre, lo diferente es malo, se lo esclaviza no solo en esta vida sino también en la otra, las cadenas en los pies y brazos ya no son suficientes para dominar a las nuevas razas inferiores, sino también en sus corazones y mentes, la naturaleza es mala y debe ser  domada, las ideas de libertad y de cambio en la época republicana se convirtieron en herramientas para solo intercambiar de amos y continuar con la misma realidad.

La nueva vida republicana de los pueblos soberanos y libres del yugo español, solo fue el escenario de nuevos enfrentamientos por el control de las riquezas quitadas a los antiguos dueños, las creencias religiosas arraigadas por la conquista continuaron así como también sus deseos de adueñarse de todo lo que no les pertenecía, la fiebre por el mercado internacional y el crecimiento económico y de poder, transformaron a los antiguos esclavos, irreconocidos por la monarquía, ahora en obreros que sirven de herramientas para la máquina capitalista.

Pasó el tiempo, las ideas de democracia y libertad de pensamiento para todos los pueblos fueron los medios para que el capitalismo extienda sus mercados en los nuevos pueblos soberanos del mundo, las herramientas de control por los medios de comunicación están posesionando a un nuevo Dios, el consumo, cuya única petición es seguir haciendo dinero para continuar alimentándolo, y mantener una vida de calidad, aunque sin amor, pero una vida con comodidades que solo nos puede dar su divina bondad.

Nuestro nuevo Dios nos lleva a la Autodestrucción, al final somos todos responsables del mundo que tenemos, y asumir la responsabilidad no significa quejarnos ni lamentarnos, ser responsables ante el mundo significa preguntarnos cada día antes de dormir que he hecho para mejorarlo..